Santa Fe participa del Debate Internacional sobre el rol que tendrá la cultura en la postpandemia

La crisis causada por el COVID-19 motivó en los últimos meses un debate sobre los desafíos que afrontan las ciudades para dar forma a nuevos modelos inclusivos y sostenibles. En mayo, la Comisión de Cultura de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU) y la capital de Italia presentaron la Carta de Roma 2020, que se discute por estos días con la participación de representantes de la política y las instituciones de todo el mundo. El punto de partida del documento es el derecho a participar en la vida cultural de la comunidad, reconocido en el artículo 27 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y demás tratados internacionales. La Carta se pregunta cómo hacerlo realidad, llevando ese derecho al centro de la escena política y social.

Desde el jueves, la ciudad de Santa Fe participa de este debate que se desarrolla en la Conferencia sobre la Carta de Roma. El encuentro tiene al Museo de Arte Contemporáneo de Roma (MACRO) como sede de las actividades presenciales y se transmiten en línea a todo el mundo. El secretario de Educación y Cultura de la Municipalidad, Paulo Ricci, participó este viernes del panel “Crear y disfrutar”, junto al Secretario de Culturas de La Paz, Bolivia, Andrés Zaratti; y la Directora de Cultura de San José de Costa Rica, Tatiana Chaves. Los aportes fueron moderados por el Jefe de Asuntos Institucionales, Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, Inti Muñoz.

 

Crear y disfrutar

El tema del panel se desarrolló en torno a las políticas culturales de los tres distritos, atendiendo especialmente a las experiencias de Santa Fe y La Paz como parte del programa Ciudades Piloto de CGLU. En este sentido, Paulo Ricci se refirió a cómo se fortalecieron las empresas de base creativa en la ciudad, a la participación activa en redes de ciudades como Ciudades Creativas y Mercociudades. También en esta línea, mencionó la institucionalización del sector del diseño a través de la formalización de actividades, circuitos de comercialización y distribución y cámaras afines.

Durante la presentación, enfatizó las políticas de descentralización de la cultura como estrategia para la democratización del acceso a la misma y la priorización de las primeras infancias como protagonistas de las políticas culturales públicas.

En relación a los términos del panel, dijo que para fortalecer las capacidades creativas “el rol de los Estados Locales puede ser muy importante al brindar espacios de formación, producción, circulación y difusión de las acciones creativas llevadas a cabo por la ciudadanía.

En este sentido es fundamental poner al servicio de las personas, y en igualdad de oportunidades, herramientas públicas, accesibles y gratuitas”.

Pensando en el disfrute de los espacios públicos culturales, que tanto valor tiene en el contexto de la pandemia, “hoy es imposible, pensar en un idéntico retorno a la circulación y ocupación de los espacios físicos tal como lo conocíamos hasta hace menos de un año. Por eso cobra especial importancia la existencia de espacios públicos de calidad, disponibles para toda la ciudadanía y con un acompañamiento absoluto de los estados locales para el cuidado mutuo”.

 

Santa Fe en la conferencia

En la conferencia intervienen representantes de los gobiernos e instituciones de ciudades pioneras de la red CGLU como Barcelona, Bilbao, Bruselas, Bogotá, Buenos Aires, Ginebra, Esmirna, Lisboa, Malmö, Medellín, Ciudad de México, Rabat o Washington.

En ese marco, el fundador y coordinador de la Comisión de Cultura de CGLU, Jordi Pascual considera que “la participación de Santa Fe tiene una importancia enorme. La ciudad está haciendo un trabajo excepcional como Ciudad Piloto de Cultura 21, nuestro programa de capacitación, y creemos que merece ser compartido en la conferencia para que llegue al máximo número de ciudades de nuestra red. Una vez finalizados los trabajos de Ciudad Piloto, ofreceremos a Santa Fe el estatuto de Ciudad Líder. Se lo merece sobradamente”.

 

Qué dice el documento

Los textos de la Carta se desarrollan en colaboración con más de 50 ciudades y aportes de todo el mundo. En ella se señala la urgencia de situar la vida cultural como condición necesaria y fundamental para una sociedad justa y cohesionada, y que esto significa fomentar un diálogo que entrelaza experiencias y habilidades tanto internacionales como locales. En esta línea, como explica Pascual, se asume “que estamos en un momento de refundación de nuestras sociedades. No podemos volver a la casilla inicial. El impacto de la pandemia, en todos los ámbitos de nuestras vidas, es enorme: social, económico, urbanístico, ambiental y cultural”. Por eso, es necesario “basarnos en la vida y el derecho a participar en la vida cultural es esencial para poder articular las sociedades”.

Para que la Carta se convierta efectivamente en una herramienta para la política y planificación cultural, en territorios con realidades diversas, desde la presentación del documento en mayo se trabajó para añadir un anexo. En él se despliegan cinco capacidades culturales: Descubrir, Disfrutar, Crear, Compartir, Proteger. A partir de ellas, cada ciudad podrá plantear un enfoque específico, con acciones concretas. “Somos conscientes, y la misma Carta lo hace explícito –agrega Jordi Pascual-, que las condiciones de cada ciudad son distintas y por eso se podrá encontrar su utilidad en cada territorio”.